Plan Estratégico 2022-2024
UNA VOZ GLOBAL PARA UN FUTURO COMÚN
Proemium
A medida que la Federación Internacional de Universidades Católicas se aproxima a su 100.º aniversario, la conmemoración de los muchos logros del pasado debe ser también una ocasión para desarrollar un marco transformacional capaz de preparar a las universidades católicas para las circunstancias cambiantes del futuro. La FIUC es una federación fundamentada en valores y concebida para miembros que trabajan en condiciones notablemente distintas y que se enfrentan a desafíos enormes. Nuestra labor es ofrecer respuestas a diferentes sectores, en un momento en que las universidades tienen ante sí un nuevo y maravilloso mundo lleno de oportunidades y disrupciones, al tiempo que su misión, su modelo educativo, sus estrategias de participación comunitaria y sus estructuras de financiación se encuentran en transformación. Nuestro objetivo es apoyar la colaboración global, uniendo las voces de nuestros miembros en un compromiso global para desarrollar una investigación sólida y una formación académica regida por valores. Esto requiere la convocatoria de disciplinas y de actores relevantes distintos en todas las regiones y sectores profesionales a fin de generar el conocimiento que servirá a la causa de la justicia y los derechos humanos, apoyará la sostenibilidad de nuestra casa común y defenderá a la humanidad.
Las universidades son el eje central de un nuevo modelo económico que ha pasado de basarse simplemente en la producción industrial y las materias primas a ser impulsado y dirigido por quienes ostentan el capital intelectual. Resulta evidente que esto exige el establecimiento de vínculos más estrechos con actores relevantes de la comunidad, quienes progresivamente aprovecharán los recursos disponibles en las universidades de forma más efectiva, ya que estas deben ser flexibles para atender estas demandas cambiantes. Nuestra ventaja radica en que, como universidades católicas, actuaremos para satisfacer dichas demandas mediante una educación basada en valores.
Somos conscientes de que nuestro futuro será común o no será. La maraña global de retos medioambientales, económicos, políticos, culturales y sociales obliga a las universidades a adoptar un nuevo papel. La disrupción tecnológica está cambiando la naturaleza del trabajo, las formas de sociabilidad y de interacción, las estrategias de participación política, y hasta la propia idea de lo humano. En el contexto de esta economía, las funciones de la universidad (¿para qué sirve la universidad?), la naturaleza de sus actores relevantes (¿para quién es la universidad?), el papel de la organización y las estrategias (¿cómo genera conocimiento la universidad?) y finalmente su relevancia (¿cómo crea valor o valores la universidad?), obliga a las Federaciones, como la FIUC, a asumir una responsabilidad mayor y más amplia.
Al ser una Federación con carácter global, la labor de la FIUC es inequívocamente la de crear puentes entre distintas zonas geográficas y realidades sociales, propiciar la colaboración entre disciplinas y modos de producción del conocimiento, promover espacios de diálogo entre sus miembros (instituciones, investigadores, estudiantes), así como entre estos y otros actores sociales. Y hacer todo ello siguiendo el espíritu del Evangelio, que ilumina nuestros esfuerzos. Según las palabras del Papa Francisco recogidas en Evangelii Gaudium: “Las Universidades son un ámbito privilegiado para pensar y desarrollar este empeño evangelizador de un modo interdisciplinario e integrador.” (Evangelii Gaudium, 134). El “actuar de forma concreta”, como el Santo Padre nos anima, significa asumir retos allí donde se detectan. Así, actuar de forma concreta también significa ser ambicioso a la hora de potenciar el alcance global.
Una Iglesia que avanza necesita a su vez universidades que avancen, que estén en marcha. Esto implica la articulación precisa de lo local con lo global, el potenciar nuestra presencia local dentro de una red internacional de universidades más amplia, unidas por su identidad, y comprometidas con la creación conjunta de un impacto en un mundo que necesita cada vez más de instituciones capaces de crear valor sobre la base misma de valores.
La FIUC solo podrá ser global de forma efectiva si escucha y defiende a su vez a sus muchas y ricamente variadas voces internas. Como una voz formada por muchas voces, tenemos el compromiso de fomentar espacios de solidaridad sostenible para trabajar juntos por un futuro común.